Debate en torno a El proceso de la civilización de Norbert Elias[1]
Clase de Teoría social, profesor Wladimir Sierra
Octubre-diciembre 2009, FLACSO-Ecuador
Consuelo Albornoz Tinajero
El debate en torno a los capítulos I y II del texto en mención se dio en el marco de una discusión cuyo eje es la sociología de la cultura, en la cual Elias es uno de sus representantes. Este ámbito se encuentra de cierta manera vinculado con los estudios antropológicos y sicológicos. Uno de los trabajos de Elias, en el que esta dimensión se aprecia es en Mozart, sociología de un genio, en el cual analiza el conflicto del músico viviendo en una sociedad premoderna, de la cual no se sentía parte, por su condición de individuo moderno.
En El proceso de la civilización, Elias examina ciertos orígenes de los modales y de las costumbres y, dada su formación, establece una distinción entre cultura y civilización. Un aspecto interesante del libro es que en él Elias desarrolla un estudio antropológico sobre los europeos. Por ello, los mira con el enfoque que hasta ese entonces solo había sido concebido para los “primitivos” para los pueblos no europeos. Con esta mirada, conforme fue señalado en clase, Elias reconstruye la historia de Europa y advierte que en su cultura mantuvo rasgos atribuidos a esos otros pueblos.
Elias se formó en Alemania, y por ello establece una distinción entre lo que es la cultura y la civilización. Para los alemanes, la cultura se refiere a la formación de valores espirituales, a rasgos internos, propios de su ser nacional. La civilización, en tanto, corresponde a aspectos externos. La razón por la cual Elias establece tal diferencia está vinculada con el relativamente ingreso tardío de Alemania al capitalismo.
Para Elias, entonces, la civilización se refiere al proceso que dio paso a la modernidad. Ello incluye la concepción que de si misma tiene la sociedad occidental, con relación a sus costumbres, modales, formas de comportamiento, etc. Desde esta visión, la civilización sería un proceso universal, no nacional.
Durante el debate se mencionó como las élites europeas asumieron como suyas la lengua y las costumbres francesas, por advertirlas como “civilizadas”. Un caso singular fue el de Pedro el Grande, quien introdujo la cultura francesa en Rusia, pro considerar que la rusa esa una expresión de barbarie. Este rasgo se reprodujo en otras sociedades, incluidas las latinoamericanas.
Un ejemplo similar, se dijo en clase, es lo que aconteció en Filipinas, donde las personas cultivadas hablaban español, que además, era el idioma de la vida pública. La lengua filipina (el tagalo) había sido dejado para el ámbito doméstico. Más adelante, el inglés sustituyó al español, pero el tagalo se mantuvo para el intercambio doméstico.
En algunos países africanos se replicó ese modelo y sus lenguas se mantuvieron como expresiones locales y domésticas. Idiomas como el inglés, el francés y el italiano se volvieron las lenguas del espacio público y de las elites. Incluso el educador Paulo Freire alfabetizó a la población de Guinea Bissau en portugués, a pesar de que concebía que la liberación suponía la recuperación de la cultura, por tanto de la lengua propia.
Sobre los modales
Con respecto al origen de ciertos modales y formas de comportamiento social, identificados por Elias, se anotó que ellos constituyeron una suerte de diferenciación entre las clases sociales y tuvieron un carácter procesual. Fueron una coacción y una forma de distinguirse de los “otros”. Y mostrar que unos eran los civilizados, distintos de los otros: incivilizados o bárbaros. Adicionalmente, la constitución de los modales estuvo permeada por la noción de pudor, un rasgo de la civilización. De este modo, se advierte el vínculo entre los modales y la moral y como el pudor es un producto social. Al igual que todo rubor.
Lo anterior, se dijo, estuvo conectado con la toma de conciencia del ser humano civilizado, de tener un cuerpo, al cual podía cultivarlo, prefigurarlo. Algo que los animales no podían hacer pues ellos “no tienen un cuerpo”: “son un cuerpo”. En este proceso civilizatorio, los burgueses introdujeron nuevas formas de distinción.
Finalmente, en la clase se señaló que el proceso civilizatorio introdujo, además, cambios en las relaciones entre mujeres y varones. Asimismo, el advenimiento de la tecnología configuró nuevas reglas de conducta social (o de urbanidad). Por ello, se estima que contestar el celular o enviar mensajes de texto en presencia de otros es una descortesía, noción que, sin embargo, podría cambiar a futuro.
[1] El debate recoge tanto las anotaciones del profesor Wladimir Sierra como las apreciaciones de los estudiantes de esta asignatura.
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